Hola Amigos!. Os doy la bienvenida a mi nuevo BLOG. Aquí encontrareis toda la información acerca de los proyectos que se han ido haciendo durante todo el curso, de los cuales he incluido imágenes, diapositivas, ensayos, etc.. Iré ampliando y añadiendo a medida que avancemos. Hay muchas cosas que quiero enseñaros. Un saludo y espero que disfruteis.

domingo, 6 de marzo de 2011

La moda del siglo XVIII



El siglo XVIII es un periodo convulso, de cambios sociales que marcan los orígenes de la época contemporánea. En el arte, se manifestarán una sucesión de sensibilidades, que van del rococó al Neoclasicismo, cuya veta común está en la conciencia, por primera vez, de que no hay principios universales, sino visiones subjetivas. El Rococó ensalza lo íntimo, el gusto por lo delicado; el neoclasicismo vuelve los ojos a la antigüedad clásica, aunque consciente de revivir una cultura pasada. Al mismo tiempo, el arte se vuelve más internacional, traspasa fronteras: Italia, Francia, Inglaterra, las colonias de ultramar...
En lo referido a la moda es a partir de 1715 cuando surge el estilo refinado que se conoce con el nombre de rococó, caracterizado por una estética artificiosa que en ocasiones llegaba al exceso y la frivolidad. La corte francesa marcaba la moda y las tendencias, y numerosos pintores captaron este tipo de indumentaria, como Jean-Antoine Watteau o Maurice Quentin de la Tour. En la última década del siglo las tendencias cambiaron como consecuencia del triunfo de la revolución, adoptando una nueva estética como símbolo de los nuevos valores políticos y sociales.




El siglo XVIII se caracteriza por la utilización de tejidos ligeros y claros, como sedas fabricadas en Lyon que sustituyen a las italianas que se produjeron durante todo el siglo XVII, en contraposición al aspecto más oscuro y lúgubre de los siglos anteriores y posteriores. Aunque las mujeres seguían llevando largos corsés en forma de cono (de moda durante los dos siglos anteriores), con la llegada de las sedas de colores claros y la capa suelta o mantua desapareció el aspecto plomizo del pasado. Las faldas sobre armaduras parecían flotar y ondear, y los plisados caían de los hombros eliminando la sensación de rigidez; numerosos volantes, encajes, cintas y flores artificiales completaban el conjunto…
La moda en el siglo XVIII tuvo una fuerte influencia de los patrones franceses, tanto en los hombres como en las mujeres.
Entendemos que los caballeros de sociedad empleaban calzones cortos con medias de seda y siempre llevaban chaqueta, la cual se fue reduciendo en tamaño según fue avanzando el siglo. Éstas llevaban pliegues laterales en la parte trasera y mangas algo estrechas.



La caída de la dinastía francesa impacto también en la moda, tanto así que después de la revolución, se empezaron a utilizar trajes mucho más simples. Los calzones se usaron ajustados hasta la media pierna, mientras que el chaleco, la corbata y casaca eran de cuello alto y no tan entallados. Los faldones para las damas solían tener mucho vuelo y las pelucas empolvadas se hallaban en todo su esplendor.
Y es que en esta época solía adornarse mucho la parte de la cabeza, ya sea con pelucas o con sombreros de dos y tres picos.
El cabello empezó a llevarse liso y un tanto más largo, mientras que los sombreros de copa eran de forma cónica o en tubo y de alas cortas. En lo referente a los zapatos, todos llevaban tacón de color y se adornaban con lazos o hebillas. Las botas eran altas y con vueltas.



Las mujeres utilizaban vestidos anchos en la parte de abajo y aplastados en la parte delantera, de manera que se resaltaran los pechos. Los corpiños eran algo entallados a causa de el corset. Ver Ensayo Completo Del Corset
Tenían sendos escotes con gasas y encajes. La ropa de dormir consistía en camisones con cuello de encaje y en manga larga.
En cambio los vestidos con influencia francesa consistían en corpiños con la parte del busto puntiaguda; las faldas eran rectas y abiertas, pero drapeadas y con una cola larga. En la parte superior, el cuello era doblado y las mangas eran hasta el codo, es decir, tres cuartos.
Luego de la Revolución Francesa que marcó este siglo, las indumentarias femeninas eran más clásicas y se suprimió el vuelo de la falda. El talle era alto y la chaqueta muy corta pero de mangas largas. Los escotes continuaron siendo pronunciados y las faldas llevaban pliegues. Como complementos los chales y guantes eran los adornos de mayor distinción.



Los rizos empezaron a imponerse en los peinados, que se utilizaban muy levantados y voluminosos, incluso se adornaban con plumas. Los sombreros para las damas eran de ala ancha y sus zapatos eran de tacón alto y punta estrecha, durante algunos años. Luego volvieron a ser bajos…





Ver Ensayo Completo

1 comentario:

  1. Excelente, felicidades por esta entrada de tanta calidad, estaremos atentísimos a tu exposición en clase.

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